Dersu Uzala
Película completa
Aula de cine proyectará el próximo viernes 22 de enero la película de Akira Kurosawa Dersu Uzala a las 20 horas.
A continuación publicamos el comentario que sobre dicha película escribió Antoni Peris Grao para Miradas de cine:
El buen salvaje:
A primeros de los setenta, la productora estatal soviética Mosfilm tuvo la feliz idea de ofrecer a Akira Kurosawa la posibilidad de realizar un proyecto acariciado por el director más de dos décadas atrás, la versión cinematográfica de las exploraciones en la taiga del geógrafo ruso Arseniev. Tuvo suerte el veterano Kurosawa que había tratado de suicidarse tras el fracaso de Dodeskaden (1970) y de la productora que había creado y al sufrir el vacío que hicieron industria y público a uno de los más prolíficos y magistrales autores del cine japonés. Tuvimos suerte los espectadores puesto que la oportunidad brindada por la productora dio lugar no sólo a una de las más bellas e interesantes películas de su autor sino a un posterior renacer de su filmografía.
En 1962, John Ford (67 años) nos contó como Ransom Stoddard acude al entierro de Tom Doniphon, el hombre que mató a Liberty Valance, dando pie a un flash back que constituye una representación de los códigos del western y, simultáneamente, el acta de defunción de un mundo que se extinguió con la llegada del progreso. En 1975, Akira Kurosawa (65 años) inicia una narración clásica con la inútil búsqueda en 1910 por parte de Arseniev de la tumba de Dersu Uzala, literalmente barrida por la "civilización" que viene representada por un aserradero.
En primera instancia Dersu Uzala es la crónica dolida de la pérdida de un mundo arcádico. De la irreversible pérdida, habría que decir, siendo un símbolo de este mundo quien acoge a los mismos que le destruirán.
El primer flash back nos remite a 1902, durante la investigación topográfica de la zona de Usuri, que Arseniev realiza para el gobierno ruso. Aún sin perderse en vanos esteticismos, Kurosawa contrapone la desolación del pueblo en crecimiento mostrada en la escena anterior a la majestuosidad de los bosques inmaculados de la taiga. Será en el transcurso de esta expedición que Arseniev conoce a Dersu, cazador nativo (" gold " o "neneyet"), que no sólo le ayudará a avanzar en la intrincada orografía sino que le facilitará un aprendizaje de la Naturaleza.
Dersu es un solitario, patizambo, cazador que vive en comunión con su entorno. El pelotón militar no tarda en adoptarlo puesto que es trabajador y se integra en el grupo colaborando con sus dotes de tirador y rastreador. No obstante, la enseñanza que Dersu puede aportar (para quien quiera prestarle atención, algo que los infantiles soldados rusos no parecen hacer) es básicamente un aprendizaje de la Naturaleza. Dersu habla con el fuego, con el agua, arroja comida para que sus familiares fallecidos no padezcan y utiliza de la Naturaleza aquello que la naturaleza le permite utilizar, como las cortezas de los árboles o los tallos de unos juncos. En el momento de su estreno, y posteriormente, mucha gente valoró Dersu Uzala como una bucólica y simplista película ecologista (1). No obstante luce un panteísmo menos feliz del que aparenta. Dersu deja claro que el mundo, la taiga, está llena de "personas": el Sol es la más importante, sin él no viviría nadie. Pero también son gente el agua, el fuego, el viento. Posiblemente muchos espectadores se sonrían ante tales declaraciones y Kurosawa enfatiza las últimas acompañándolas de una ráfaga de viento que agita el fuego y las ropas de los protagonistas. El hombre debe estar en armonía con estas otras personas para sobrevivir en la taiga. El hombre es demasiado pequeño al lado de la gran Naturaleza, dicen los personajes (2). Y en este sentido incide una de las escenas culminantes de la cinta, la tormenta de nieve que sorprende a Arseniev y Dersu durante su observación del lago helado y en la que el segundo salva la vida a ambos gracias a su ingenio y su conocimiento de la Naturaleza.
No obstante, más allá de su espíritu ecológico, Dersu Uzala es la crónica de una amistad que Kurosawa traza en base a pequeñas anécdotas. En su formato de película de aventuras, la cinta acoge la progresiva calidez de la relación entre el explorador y el cazador. Arseniev, ruso, científico, intelectual, queda fascinado por el hombrecillo nómada no tanto por sus habilidades como por su "alma". Dersu es desprendido, responsable y solidario. Significativamente, mientras los rusos desprecian la cabaña que encuentran en el bosque, Dersu la repara y se asegura de que queden en ella provisiones para cualquier otro viajero que llegue hasta allí. Más tarde, al ofrecérsele un pago por sus servicios, Dersu lo rechaza en primera instancia; luego, avergonzado, dice ser mala persona y solicita unos cartuchos (3). Arseniev, por su parte, es solidario con los otros viajeros. Dersu no ve en él tanto un sabio, como una persona también respetuosa y ansiosa de aprender.
Posiblemente los mejores momentos de la cinta están tan vinculados a este aspecto como al anterior. Se ha dicho, se ha hablado, se ha criticado, el concepto de "humanismo" del cine de Kurosawa. Sea como sea, Kurosawa es uno de los cineastas que mima a sus personajes, que sabe recoger en pantalla sus sentimientos y trata que el espectador los comprenda. Su puesta en escena, simple en apariencia, favorece la emotividad. En determinado momento la patrulla sigue una pista en la que Dersu identifica huellas de tres días antes y las atribuye a un chino ante la desconfianza de los soldados blancos. Finalmente, en un claro del bosque se confirma lo dicho por Dersu. Se trata de un viejo que ha perdido su esposa y se ha recluido en los bosques. Arseniev, conmovido, le ofrece comida que el anciano tira por el suelo y luego recoge, atolondrado. Arseniev se siente en deuda con este solitario y pretende acogerle en el grupo pero Dersu le plantea que ahora el anciano medita. Al amanecer el chino acude a despedirse, silenciosamente, con formalidad y grandes reverencias. Luego se aleja en silencio mientras la nieve cruje a su paso. Ni los protagonistas ni el espectador sabemos más de este personaje pero la cámara de Kurosawa ha recogido su sobriedad y su serenidad y nos la transmite con emoción. Una emoción que se repite en las dos despedidas de Dersu (especialmente en la segunda, que se sabe la última, teatralizada en el salón de Arseniev) y en el reencuentro entre los dos amigos que tiene lugar al inicio de la segunda parte, cuando ambos tratan de abrazarse mientras un gran tronco les separa.
Kurosawa trabaja la estructura de Dersu Uzala en cinco bloques. Por una parte, el prólogo y el epílogo, de carácter elegiaco tanto por el personaje como por el mundo que desaparece. En el centro, tres partes claramente diferenciadas.
El primer viaje es un viaje de emociones y de descubrimiento. Arseniev realmente descubre la taiga al "descubrir" al buen salvaje que es Dersu. Kurosawa se esfuerza a fondo con su habilidad para trabajar la fisicidad y acercarnos a la situación de los personajes. Lo recoge con el sonido (los omnipresentes cantos de los pájaros, el ulular del viento que amenaza las vidas de los protagonistas en el lago, el crepitar del fuego o de la nieve al ser aplastada, los jadeos de los protagonistas esforzándose por sobrevivir, el zumbido de las moscas, el ruido de los juncos al ser cortados en una carrera contrareloj.), con la luz (el sol en descenso progresivo marcando una hora límite para la supervivencia (4), las esporas que vuelan a contraluz) o, simplemente, con el movimiento (las caídas en el hielo, el pelotón de caballos en el barro, la zambullida en los rápidos del río).
En el segundo viaje se concentran los incidentes argumentales: hay bandidos, tiroteos, tigres y balsas a la deriva. Kurosawa, sabiamente, consigue darnos el sabor de la aventura con la mínima expresión visual (5): los asesinatos, los animales muertos, el rescate de Dersu del río son en off, no hay efectos especiales y, aun así, sentimos la emoción, el peligro.
Kurosawa nos lleva sabiamente, irremediablemente, a la tercera parte. Acosados por Amba, el tigre, Dersu le dispara antes de que éste le ataque. Ha roto el equilibrio de la Naturaleza y siente que Canga, dios del bosque, exigirá reparación.. Dersu ha actuado como habría hecho uno de los hombres blancos. La secuencia encadena con una imagen onírica en la que el espíritu del tigre le acecha. Luego con el reconocimiento de la pérdida de visión, Dersu sufre el terror y la desesperación que implica la invalidez y ello le llevará, pendiente abajo, a refugiarse en la casa de Arseniev ("como en un pato en una caja"). La amargura del episodio final empaña la belleza previa. Mujer e hijo acogen al invitado pero la ciudad no es para Dersu. Sentenciado por el destino, parte en un último viaje al bosque. La amarga ironía de la Historia remata la película. Si al inicio veíamos que la tumba del anciano cazador desaparece sin dejar rastro, arrasada por un mundo que representaban aquellos a quienes ayudó, al final sabremos que es asesinado para robarle el rifle moderno que Arseniev le regala para ayudarle a sobrevivir. Arseniev, entristecido, desconcertado, avergonzado, no puede si no testificar el final de una época y rematar su túmulo con el cayado de madera que acompañó a Dersu en todos sus viajes.
Dersu Uzala no solamente certificó la vigencia del cine de "Sensei" Kurosawa. En su amarga belleza, recoge aspectos de la denostada Dodeskaden e inicia una saga de películas en las que tienen lugar el fantastique y el ecologismo. Sus referencias a la noche de Walpurgis y al fantasma de Amba, el viento asesino del lago o los espíritus del bosque seguirán referenciados en uno u otro modo en Kagemusha, Ran, Sueños e, incluso, en Rapsodia de Agosto o Madadayo. La necesidad de respetar la naturaleza y de mantener un equilibrio con ella y con uno mismo serán los ejes de algunos de los Sueños, de Rapsodia de Agosto y de Madadayo. La oportunidad que Dersu Uzala significó para Kurosawa le permitió completar hasta el último aliento una carrera profesional con un admirable compromiso ético.
(1)¿Son innecesarias las películas ecologistas? No hay más que pensar en el desecado Mar de Aral, al sur de Rusia o en los estropicios causados por las extracciones petrolíferas en la propia taiga para obtener una respuesta.
(2) Y aquí podemos integrar a Dersu Uzala en un conjunto de películas que van desde Tabu a Nanook, The savage innocents, Aguirre, Lawrence de Arabia o la reciente Kekexili, patrulla de montaña.
(3) La situación se completa en el segundo flash back. Dersu argumentaba que obtendría suficiente dinero por las gibelinas que cazase. Así sería, pero un mercader le roba el dinero pagado. Dersu, desconcertado, lo explica sin entender por que alguien con dinero tiene que robar más dinero.
(4) En otro sentido argumental, pero con la sensación de ultimátum como en Bram Stoker's Drácula, de Coppola
(5) Como en otra obra maestra del mismo año: The man who would be king, de John Huston
Dersu Uzala es una de las últimas grandes películas de Akira Kurosawa.
ResponderEliminarEsta vez Kurosawa se aleja de los dilemas morales sobre traiciones medievales e injusticias urbanas -utilizando el mundo de los samurais sobre todo- y nos brinda una obra de amistad, de lazos irrompibles, de armonía y naturaleza.
Aprovechándose de impactantes paisajes, el filme hace un "tour" que puede recordar a películas como El hombre que pudo reinar -nombrada en el texto y curiosamente realizada el mismo año-.
Si se le quieren poner pegas, el mayor lastre que tiene que arrastrar la película es su excesivo metraje, bastante habitual en la obra de Kurosawa -Ran, Ikiru (Vivir), El infierno del odio, Los siete samurais, etc.-.