Al este del Edén - East of Eden (1955)
A l'est d'Eden - Trailer por enricogay
Aula de Cine proyectará el próximo 8 de abril la película Al este del Edén de Elia Kazan.
Cal (James Dean) es un problemático muchacho que es siempre reprendido en su comportamiento por su padre Adam (Raymond Massey), quien en cambio adora a su hijo Aaron (Dick Davalos), el hermano mayor de Cal cuyo proceder es siempre el correcto, permaneciendo estable y feliz al lado de su novia Abra (Julie Harris).
Una película significativa por ser el primer papel protagonista de James Dean, el rebelde cinematográfico por excelencia y espejo de una generación disconforme con los valores de sus progenitores.
"Al este del edén", es un drama familiar de contexto rural que se cimenta en la novela del mismo nombre escrita por John Steinbeck, un autor caracterizado por la preocupación y conflicto social que exhalan sus textos.
Las relaciones entre padres e hijos, la búsqueda de las raíces, la influencia genética conductual, la apreciación subjetiva de la bondad o maldad, la necedad de la percepción maniquea y la lucha redentora en un contexto alienado son algunos asuntos tratados en un título de tonalidad agridulce y lastimera, muy bien realizado, con un excelente manejo del cinemascope para retratar con eficacia las personalidades, situaciones y paisajes que conforman un drama que a veces recurre demasiado al subrayado emocional, aunque la búsqueda sensitiva en la plasmación de los temas referidos sea su esencia como película.
Excelentes interpretaciones de todo el plantel, con un sensacional James Dean al frente, acompañado por Raymond Massey, Julie Harris, Burl Ives, Jo Van Fleet o Dick Davalos, un actor de gran valía que sería sumamente desaprovechado en la pantalla grande.
Fruto del trabajo en el "Actor’s Studio", del que Elia Kazan fue su fundador, se va ha producir un relevante cambio generacional en la nómina de actores del cine norteamericano, a los antiguos ídolos de Hollywood, les van a suceder los Marlon Brando, Montgomery Clift, Paul Newman… y sobre todo, un James Dean convertido en mito, no solo por marcar una forma de actuar en perpetua rebeldía contra un mundo absurdo, sino también por su prematura muerte a los veinticuatro años en un accidente de coche, que limitó su carrera a tres únicas películas.
"Al Este del Edén" es un filme que gira totalmente en torno al personaje de James Dean y a lo que suponía su novedosa forma de actuar.
El argumento, no exento de los dramáticos "golpes de efecto" muy propios de Kazan, expone el imposible entendimiento entre los miembros de una deshecha familia.
De un lado un padre conservador, religioso y defensor de la unidad familiar como base de la sociedad.
De otro lado, la madre que abandonó el hogar, ahogada por tanto convencionalismo patriarcal, para acabar en la prostitución. Y en medio, el personaje de James Dean, que se debate entre el rechazo a la educación tradicional y puritana recibida del padre, y sus instintos de rebeldía y libertad que parece haber heredado de la madre.
Además del difícil y arriesgado canto a la renovación y al nuevo concepto de libertad y tolerancia que propugna el director, (sutilmente a través del atormentado personaje principal y no desde la lectura directa del convencional argumento), aprovecha para llamar la atención sobre algunos aspectos, no tan agradables, del competitivo sistema de las posguerras: el inevitable enfrentamiento que se iba a iniciar entre los puritanos "padres" conservadores y la nueva juventud "rebelde"; el desplazamiento de los tradicionales valores religiosos por el culto al dinero; y la muy directa observación sobre el enriquecimiento y el predominio político que supusieron las dos grandes guerras para la incipiente y entonces inestable nación americana.
Una tarde cualquiera de 1955, James Dean decidió aprender piano y se matriculó en la escuela donde trabajaba un profesor llamado Leonard Rosenman. No sabemos qué vio el mito en el músico, pero sí conocemos el resultado de su encuentro: "Al este del Edén" se convirtió en la primera banda sonora del neoyorquino. Y la música de cine tomó un nuevo rumbo.
"Al este del Edén" contenía todos los rasgos estilísticos que Rosenman desarrollaría en su centenar de partituras para cine y televisión. Disonancias cortantes, ansiosas, frenéticas, con punto de partida concreto pero de desarrollo y final impredecibles. Escalas furiosas, ritmos bruscos, crescendos a puñaladas, como si un elefante ciego pisoteara la sección de metales.
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